
Durante más de siete décadas, el dólar estadounidense ha sido el pilar del sistema financiero mundial. Desde los acuerdos de Bretton Woods en 1944, su papel como moneda de reserva global ha dado a Estados Unidos un poder sin precedentes: control sobre los flujos de capital, influencia en el comercio internacional y capacidad para imponer sanciones económicas efectivas.
Sin embargo, este dominio está siendo cuestionado como nunca antes.
Los países emergentes, agrupados en el bloque conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), están liderando una tendencia cada vez más visible: la desdolarización, es decir, la búsqueda de alternativas al dólar en el comercio, las finanzas y las reservas internacionales.
En este artículo exploramos cómo este proceso está tomando forma, qué estrategias utilizan los países implicados y cómo podría cambiar el equilibrio del poder económico mundial.
💱 ¿Qué significa la desdolarización?
La desdolarización no implica eliminar por completo al dólar, sino reducir su peso dominante en las transacciones internacionales y las reservas de los bancos centrales.
Actualmente, según el FMI, casi el 60 % de las reservas globales están denominadas en dólares, frente a más del 70 % hace dos décadas. Aunque sigue siendo mayoritario, su participación se está erosionando lentamente.
Las razones principales detrás de esta tendencia son:
- Riesgos geopolíticos: el uso del dólar como herramienta de sanción ha incentivado a varios países a buscar independencia financiera.
- Diversificación: los bancos centrales desean distribuir sus reservas en distintas monedas o activos (como el oro).
- Cambio del poder económico global: el crecimiento de Asia y el Sur Global impulsa la necesidad de un sistema multipolar más equilibrado.
En resumen, la desdolarización es tanto una estrategia económica como política, una forma de reducir la vulnerabilidad ante las decisiones de Washington y la Reserva Federal.
🌐 Los BRICS y su papel en el nuevo orden financiero
El grupo BRICS, fundado en 2009, representa hoy más del 30 % del PIB mundial y cerca del 40 % de la población del planeta.

Su expansión en 2024, que incorporó a países como Arabia Saudita, Egipto, Irán y Emiratos Árabes Unidos, consolidó aún más su peso geoeconómico.
Los BRICS comparten una visión: crear un sistema financiero menos dependiente del dólar y de las instituciones dominadas por Occidente, como el FMI o el Banco Mundial.
1. Comercio bilateral en monedas locales
Uno de los pilares de esta estrategia ha sido aumentar el comercio entre países miembros usando sus propias divisas.
Por ejemplo:
- China y Rusia ya realizan la mayoría de sus intercambios en yuanes y rublos.
- India y Emiratos Árabes acordaron en 2023 usar la rupia india para operaciones energéticas.
- Brasil y China firmaron acuerdos para comerciar directamente en reales y yuanes, sin pasar por el dólar.
Estos movimientos reducen la necesidad de dólares en las reservas internacionales y debilitan gradualmente su papel de moneda puente en el comercio mundial.
🪙 Criptomonedas estatales y monedas digitales (CBDC)
Otro frente clave en la desdolarización es la digitalización de las monedas nacionales.
Los países BRICS están liderando el desarrollo de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) como instrumentos de independencia financiera y eficiencia transfronteriza.
- China encabeza la carrera con el yuan digital (e-CNY), que ya se utiliza en proyectos piloto de comercio internacional.
- India lanzó su rupia digital en 2023 con pruebas en el sector minorista y bancario.
- Rusia presentó el rublo digital con el objetivo de facilitar operaciones internacionales incluso bajo sanciones.
Estas CBDC podrían conectarse en una infraestructura de pagos común, permitiendo liquidaciones instantáneas entre países BRICS sin pasar por el sistema SWIFT, tradicionalmente controlado por Estados Unidos y Europa.
💡 Si este sistema se consolida, podría nacer una red financiera paralela al dólar y a los bancos occidentales.
🏦 El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD)
Fundado en 2014 por los BRICS, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) tiene como objetivo financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países emergentes.
A diferencia del Banco Mundial o el FMI, el NBD busca prescindir del dólar en sus operaciones y promover el uso de las monedas locales.
En 2025, más del 30 % de sus préstamos ya se emiten en divisas distintas al dólar, y el banco ha anunciado planes para aumentar esa cifra a más del 50 % en los próximos años.
Además, bajo el liderazgo de Dilma Rousseff, el NBD está explorando la creación de una moneda común de los BRICS, respaldada por una cesta de monedas nacionales y potencialmente por materias primas estratégicas como el oro o el petróleo.
💰 Una nueva moneda de los BRICS: ¿realidad o utopía?
Uno de los proyectos más ambiciosos y polémicos es la idea de una moneda común para el comercio internacional entre los BRICS.
Esta moneda no sustituiría a las nacionales (como el yuan o el real), sino que funcionaría como unidad de cuenta para el intercambio comercial y financiero entre los países miembros.
Los desafíos, sin embargo, son considerables:
- Las diferencias económicas entre los miembros son grandes (China y Sudáfrica no comparten la misma estabilidad).
- La coordinación política y monetaria necesaria es compleja.
- La confianza internacional en una moneda respaldada por varios gobiernos requiere transparencia y gobernanza sólida.
Aun así, la sola discusión de esta propuesta envía un mensaje claro: el dominio absoluto del dólar ya no se da por sentado.
⚖️ Consecuencias para el sistema financiero global
La desdolarización no implica el fin inmediato del dólar, pero sí marca una transición hacia un mundo financiero multipolar.
Entre las consecuencias más probables se encuentran:

- Menor demanda global de deuda estadounidense: si los países reducen sus reservas en dólares, podría aumentar el costo de financiación de EE. UU.
- Mayor volatilidad cambiaria: al diversificar monedas, los flujos de capital podrían volverse más impredecibles.
- Auge del oro y las materias primas como activos de respaldo.
- Fortalecimiento del yuan y otras divisas emergentes, especialmente en Asia y Medio Oriente.
- Transformación del sistema de pagos internacionales, con la irrupción de redes basadas en CBDC y blockchain.
En definitiva, el proceso de desdolarización está reconfigurando la arquitectura económica global, con los BRICS como principales arquitectos de este nuevo orden financiero.
🌍 Implicaciones geopolíticas: cómo la desdolarización redefine el poder global
La desdolarización no es solo un fenómeno económico, sino también un movimiento geopolítico estratégico. Al reducir la dependencia del dólar, los BRICS buscan ganar autonomía frente a Estados Unidos y Europa, debilitando la influencia política que tradicionalmente acompaña al dominio de la moneda estadounidense.
1. Reducción del poder de sanción
El dólar ha sido históricamente una herramienta de presión política y económica. Países como Rusia, Irán o Venezuela han sentido sus efectos a través de sanciones financieras que limitan su acceso a los mercados internacionales.
Al comerciar en monedas locales y usar CBDC conectadas entre sí, los BRICS pueden minimizar el impacto de sanciones externas, fortaleciendo su independencia y capacidad de maniobra internacional.
2. Reequilibrio de alianzas económicas
La desdolarización fomenta la creación de alianzas comerciales alternativas, especialmente en Asia, África y Medio Oriente. Los acuerdos de comercio en monedas locales y los proyectos de infraestructura financiados por el NBD permiten a los países emergentes reducir la dependencia de instituciones dominadas por Occidente, potenciando un bloque financiero multipolar más cohesionado.
3. Impulso a la competitividad global
Un sistema financiero menos centrado en el dólar podría incentivar la competencia entre monedas y plataformas de pago. Esto puede generar mayor eficiencia y menores costos de transacción en el comercio internacional, beneficiando especialmente a los países que antes dependían de intermediarios dolarizados.
4. Riesgos y tensiones geopolíticas
El ascenso de un sistema financiero multipolar también puede aumentar la volatilidad política y económica. La coexistencia de varias monedas y redes de pago independientes genera incertidumbre sobre tipos de cambio, estabilidad de reservas y coordinación global frente a crisis económicas.
🔮 ¿Estamos ante el fin de la hegemonía del dólar?
Probablemente no en el corto plazo. El dólar sigue siendo la moneda más líquida, confiable y utilizada para transacciones internacionales, con una infraestructura financiera global muy consolidada.
Sin embargo, su supremacía absoluta ya está en declive.
El auge de las monedas digitales, la influencia creciente de China y el deseo de independencia de las potencias emergentes están creando un sistema más equilibrado y descentralizado, en el que el dólar compartirá protagonismo con otras divisas.
El siglo XXI no será el fin del dólar, sino el comienzo de un nuevo orden monetario multipolar, donde la soberanía financiera deje de estar concentrada en un solo país.